Es un sistema que uso desde hace años con todas mis brochas y siguen de maravilla. Ojalá lo hubiera aprendido antes porque un detergente en seco que usaba antes ya me dejó un poco pigmentadas un par de ellas.
Lo mejor sería que lavaseis las brochas una vez a la semana si solo las habéis usado con vosotras mismas. Si las usáis con otras personas, mejor cada vez que vaya a pasar de la piel de una persona a la de otra.
Lo que vais a necesitar es un cuenco, jabón lavavajillas, aceite de oliva, un papel absorbente y una toalla limpia.
Mezcláis en el cuenco suficiente jabón lavavajillas y unas gotas de aceite de oliva. El jabón lavavajillas elimina en un instante todos los restos de maquillaje incluso de productos grasos como las bases fluidas y además desinfecta. Esas gotas de aceite de oliva van a actuar de suavizante. Sobretodo se nota en las brochas de pelo natural. Pero solo unas gotas, no queremos dejarlos grasos.
Cogéis una brocha, la mojáis un poco con agua tibia y la impregnáis con la mezcla. Usando la palma de la mano, la frotáis durante más o menos medio minuto de forma suave. Vais a ver como en seguida empieza a soltar toda la suciedad. La dejáis sobre el papel absorbente y repetís este paso con las demás brochas.
Cuando tengáis todas enjabonadas hay que aclarar muy bien. Poniéndolas boca abajo para intentar que entre el menor agua posible al interior las aclaráis bajo el agua tibia. Para saber si ya están bien aclaradas, podéis volver a frotar suavemente la brocha contra la palma de la mano. Cuando ya no haga espuma, estará lista, así que la presionamos un poco para escurrir el agua y la dejáis sobre la toalla. Aclaramos de la misma forma todas la demás.
Lo más adecuado para dejar secar las brochas es que estén colocadas de forma que el agua que vaya escurriendo no entre al interior. En horizontal podría servir. Inclinadas también pero pueden deformarse. La mejor forma en mi opinión en totalmente boca abajo pero nunca apoyadas directamente sobre las cerdas. Hace ya unos cuantos años que uso the Brush Guard porque son muy prácticos para secarlas, pero también para que no cojan polvo mientras no las estas usando si las tienes en un tarro, o para que no se estropeen en los viajes. Las hay también de otras marcas, pero las mías son las del enlace.
Si sacamos el tarro a un sitio aireado, se secarán mucho más rápido. Y ya las tenéis perfectamente limpias.
Espero que os haya servido de mucha ayuda y estoy encanta de recibir vuestros comentarios.
Besos,
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